Hasta el 90% de los ataques cerebrovasculares se pueden prevenir, según nueva guía.
Hasta el 90% de los ataques cerebrovasculares se pueden prevenir, según nueva guía.
Cada 29 de octubre se conmemora el Día Internacional contra el Accidente Cerebrovascular (ACV), una de las principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial. Según la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares, 1 de cada 4 personas se verá afectada por un ACV en alguna etapa de su vida, lo que implica que más de 100 millones de personas en el mundo viven actualmente con secuelas de este evento médico. En un contexto en el que los casos de ACV están en aumento, incluso entre personas menores de 50 años, la prevención se convierte en un tema crucial.
Recientemente, la American Stroke Association ha publicado su nueva guía para la prevención primaria del ACV, reemplazando la versión de 2014. Este documento detalla las señales de alerta, estrategias para una buena salud cardiovascular y cerebral, y menciona que hasta el 90% de los accidentes cerebrovasculares son prevenibles al reducir los factores de riesgo que predisponen a la población a padecerlos.
Un accidente cerebrovascular ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro, ya sea por la obstrucción o ruptura de un vaso sanguíneo. Esto puede llevar a un daño cerebral significativo, ocasionando dificultades en funciones vitales como el habla, el movimiento y la interacción con el entorno. Los expertos advierten que es fundamental solicitar atención médica de inmediato, ya que la intervención rápida puede minimizar el daño cerebral.
La nueva guía, publicada en la revista Stroke, subraya la importancia de entender los síntomas y factores de riesgo, así como la rápida intervención para mejorar los resultados clínicos. La Dra. Cheryl D. Bushnell, presidenta del grupo de redacción de la guía, enfatiza que "la forma más eficaz de reducir la incidencia de un accidente cerebrovascular y la muerte relacionada con él es prevenir el primer accidente cerebrovascular".
Entre las recomendaciones, se incluyen mejoras en las métricas de salud cardiovascular y cerebral, el uso adecuado de medicamentos para el control de factores de riesgo, y un enfoque específico hacia los determinantes sociales de la salud que pueden impactar la prevalencia del ACV, especialmente en mujeres.
Con esta nueva guía, se espera fomentar una mayor conciencia sobre la prevención del ACV, un paso esencial en la lucha contra esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. La educación y la acción proactiva pueden ser las claves para reducir esta alarmante estadística y mejorar la calidad de vida de aquellas personas en riesgo.
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